Experiencias musicales
16:43 | Author: Ellery Hackett
El año pasado se hablo mucho en la universidad sobre filosofía. El racionalismo, nos indica que ya hemos experimentado diversas cosas, que nuestras "vivencias" actuales solo son recuerdos de nuestra alma. Pero, joder, vivir (casi) lo mismo dos veces en tu vida, es demasiado. Y no me será extraño que suceda (o sucediera) tres veces.

El domingo pasado me encontraba acompañado de mi ex-pareja en Plaza Mundo Divertido, ya hacia algunas semanas que los dos teníamos deseos de ver la película “Crepúsculo”. Por lo regular, siempre pienso que las películas basadas en libros resultan ser malas, y aquel día no fue la excepción.

Todo resulto hasta cierto momento "normal", nuestros encuentros eran tranquilos y divertidos, las risas y las palabras sin sentido eran un exquisito manjar que devorábamos hasta el anochecer. Después solíamos dirigirnos a cualquier lugar para despertar al día siguiente agotados y con resaca. Las citas de veinticuatro horas eran bastante disfrutables. Pero aquella tarde en un pestañear se acabo todo temprano.

Al lado de una fuente, casi saliendo de la plaza, estaban unas bocinas que dejaban escuchar una canción de Fey. Algunas personas estaban paradas afuera de una tienda de ropa, promocionando sus productos para cubrir las imperfecciones de la sociedad, las telas que usamos todos los días provocan demasiado morbo en ciertos individuos, otros mas se obsesionan por vestir las ultimas prendas que han salido al mercado para así hacer notar su perfecto gusto o su elevada clase social.

-Creo que hasta aquí llegamos –me dijo ella tomándome de las costillas.
-¿Por qué lo dices? –dije extrañado por lo que acababa de escuchar.
-Lo que pasa, es que, no se.
-No estas segura ¿verdad?
-Si, pero fíjate, es solamente diversión la de nosotros, no hay nada mas, y no quiero seguir así.

La canción avanzaba mientras cruzábamos miradas de vez en cuando, era bastante incomodo estar platicando entre tanta gente. Aquello, sin duda, parecía una telenovela, lo único que faltaba era que alguno de los dos derramara la primera lágrima para comenzar un drama de sentimentalismo.


-Y ¿qué quieres? Sabes que no se puede ir más allá, lo que pasa es que no hay un sentimiento que nos diga que debamos ser algo más que amigos, muy buenos amigos.
-Si, eso es lo que pasa, y como todo lo que pasa...ya sabes, es sin sentimiento, pues como que no –decía haciendo un gesto de desaprobación.
-Siempre lo teníamos en mente, pero fueron buenos los momentos ¿no? –dije burlesco para romper la escena barata.
-Jaja, si, fueron buenos, pero ya hay que buscar algo bien ¿no crees?
-Me da flojera buscar, cuando me tope por casualidad con algo bien, pues, que así sea.
-Órale, esta bien –menciono con una risita.

Ya comenzaba a oscurecer, las luces de los faros cercanos me atemorizaban, comencé a confundirlos con personas, como en aquellas caricaturas que solían mostrar en la televisión, donde cada que surgía una idea nueva un foco se prendía arriba de la cabeza del pensador. Después de escuchar dos canciones más en las bocinas, comenzó a resonar una de Café Tacuba titulada: “Esa noche”.


-Bueno, yo creo que ya nos vamos ¿o quieres ir por una cerveza?
-Na, ya hay que dejar el alcohol también, los dos estamos engordando.
-Bueno, cuando necesites algo me avisas, ya sabes.
-Fue en doble sentido ¿verdad? Jaja, mendigo –se mordió un poco los labios.
-El que hambre tiene, en pan piensa –levante las cejas al momento.
-¡Ay!, ya vámonos mejor, no caigamos en la tentación otra vez –exhalo un poco para después mostrar sus dientes en una ligera sonrisa.

Después de dar por cerrado el tema comenzaron algunos segundos de silencio, iniciamos nuestra caminata para salir de la plaza, entretanto yo escuchaba la letra de la canción:

Tu regreso había esperado
más te veía muy feliz
en los brazos de tu amada
te olvidaste tú de mí.
Más ahora que recuerdas
a mis brazos vuelve ya
seré por siempre tu amante
tu novia: la soledad.

Me reí un poco en mi mente, no siempre se tiene música de fondo, y cuando la hay no es la adecuada. ¡Un momento! ¿Será? ¿Me están espiando? Volteé hacia mis lados y también a mis espaldas para asegurarme que nadie nos seguía. Temí que estuviera adentro de un reality show. Cada día estoy más paranoico.

Al llegar al estacionamiento nos despedimos, ella tomo un taxi, y yo, parado sobre una línea amarilla en el piso me sentí aburrido y un tanto decaido. Después de pensar por algunos minutos, tome mi celular y busque entre mis contactos. Mire su nombre.

Realice la llamada...

-¿Qué onda?
-¿Cómo esta el bar hoy?
-Esta calmado. Tu amiga, Jessica, pregunto por que ya no vienes.
-Llego en quince minutos, nada más reserva una mesa y una cerveza, nada de vasitos porque no me gustan. Y no le digas a nadie que voy a ir.
-Órale pues, dice el gerente que ya te extraña.
-Que se chingue, no soy gay.
-Juajua, sale pues, aquí te esperamos.

Respire profundamente, pensé en esa noche tan parecida a esta, un viernes tan guango que aquella tonada probablemente hubiera jugado un buen papel, pero esta noche en domingo ¡SE LA PELO!

Así que tome un taxi y fui a mi bar favorito, ¡es hora de regresar a ustedes, queridas andadas!
This entry was posted on 16:43 and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: