Decisiones
Te observo, tus ojos saltones se mantienen fijos sobre una lata de jugo de manzana. No puedo contener mis deseos, tengo que ir por algo de comer.
Cuando regreso aun sigues mirando la lata, ¿qué tiene la lata? ¿Es su textura? ¿Su color? ¿La frialdad de un metal muerto? No entiendo, tú sigues entretenido con este pedazo de basura. Así que ahora me siento a unos metros de distancia y te observo de la misma manera incansable, interesado, intrigado.
Veo que la tomas en tu mano fragil y suave. Después la mueves de un lugar a otro, no puedes soltarla; tienes dominio sobre ella, eres su dios y ahora ella te obedece, tu voluntad se realizara no importa que pase a tu alrededor, esa lata será tu esclava y nada podrá cambiarlo. Serás quien decida su destino, si ella se transforma en algo mas o morirá aplastada y desangrando los restos del néctar en un bote de basura.
Eres pequeño, pero eres Dios.
Doy un mordisco al pedazo de pan que tome de la bolsa café que trajeron de la panadería, pero no puedo dejar de mirarte. Tengo miedo de lo que pasara después, aun tienes esa mirada psicótica sobre tu posesión.
No creo que quieras dejarla ir, ella te hace importante, necesario y poderoso pero, ahora no sabes que hacer con ella. Por más que lo piensas decides dejarla ahí, como estaba en un principio. Ahora, ella necesita a alguien que decida su destino, o puede esperar ahí, inerte y solitaria hasta que pasen los años y su cuerpo comience a deteriorarse por el tiempo.
No te importa, eres Dios y nada de eso importa.
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Vida acrilica
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