Frappe de moca-cherry
La estatua me observa de reojo. Su porte, firmeza y decisión de permanecer inmóvil en aquel sitio me mantiene asustado, las cadenas rotas que sostiene en sus manos me amenazan.
Lo observo con atención, en cualquier momento romperá su estática y vendrá a azotarme. Malvado, rencoroso y abominable, lo seducirá el movimiento.
Entre el humo que se desprende del cigarro que aprieto en mis dedos se divisan pequeñas luces; rojas y azules, me dicen que algo inaceptable ha sucedido.
Directo al cubículo
Apunta, esa es la dirección que debes seguir, voltea tu cabeza, pues, puedes ser embestido. Es el caos del monopolio, libre con cadenas a tu espalda eres arrastrado entre los peces que siguen la corriente del desierto.
Acarícialo con papel y liquido, una hora es suficiente para tomarlo en serio, extirpa las vidas del órgano. Deséchalo sin mirar, insignificante, se dará cuenta de haber conseguido carne fría y barata, como debe de ser, sin precio alguno.
Actúalo, no lo pienses, es la naturaleza del maniquí. Vende los ojos, vende el crecimiento, desperdiciaran las vidas.
Transforma a la cortesana
Estilízate, cámbialo de color, modifica el tamaño, extiende el grosor, alarga las cortinas, siempre podrás mirar igual.
This entry was posted on 17:24 and is filed under
Vida acrilica
. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.
0 comentarios: