Prometeme que no te vas a enojar si te cuento algo...
2 de julio, 2009
Dime y lo olvidaré, enséñame y lo recordaré, involúcrame y lo aprenderé. (Benjamin Franklin)
8:30 p.m.
Acompañaba a tres conocidas, edecanes que me invitaron a festejar a una amiga despues de su trabajo de aquel dia, estábamos en el hogar de la cumpleañera. La futura celebrada fumaba cristal; mientras lo hacia, un celular comenzó sonar, la llamada fue contestada para avisar que la cumpleañera fumadora seria festejada con una fiesta sorpresa en el hogar de otras dos conocidas, otras edecanes que de su trabajo pueden obtener lo suficiente para pagar una renta de quinientos dólares mensuales, comprar droga, meterse en problemas y sobornar a cuanto policía se le ponga en frente –no siempre con dinero–.
9:07 p.m.
Fuimos al centro de la ciudad para encontrarnos con otra conocida.
9:23 p.m.
Nos detuvimos en un Oxxo para comprar cigarros y cerveza.
9:30 p.m.
Llegamos al lugar donde seria la celebración, una persona de sexo masculino que jamás había visto en mi vida me miraba con ojos de indiferencia al momento en que entre seguido de las cuatro muchachas. Al entrar, pude observar tres rostros conocidos, las féminas no habian cambiado en lo absoluto, a pesar de que las conocí en su sitio de trabajo seguian siendo las mismas afuera, el mismo cascaron, la misma fragilidad, la misma ignorancia.
9: 45 p.m.
Cinco de las mujeres discuten por la presencia de otra mujer a espaldas de ella.
10:00 p.m.
Mariana, una de las dos muchachas que viven en aquella casa me invito a tomar un cigarro. Pasados algunos minutos llego su novio, un vendedor de droga, junto con los invitados faltantes. A simple vista pense que algunos ya estaban ebrios o drogados, primera impresion, pero no era asi.
10:17 p.m.
Lesly encargaba sesenta dólares de cocaína.
10:45
La pareja de Mariana llegaba con la cocaína; Lesly, Iveth, Mariana y yo subimos a uno de los cuartos, la puerta es cerrada mientras Lesly desata la pequeña bolsa que contiene la droga, mi credencial extranjera es usada para cortar en líneas el preciado polvo, tome un poco en mi dedo y lo probé con mi boca, tenia sabor a plátano y no logro entumir mi lengua. Droga barata y rebajada de más, no era algo que debía probar pero lo hice.
10:48 p.m.
Probaba la cocaína, mientras lo hacia, Mariana me invitaba a una fiesta que se llevara en Rosarito dentro de dos días, una cantidad mayor de lo que Lesly e Iveth probaron estaba dentro de mi cuerpo, ¿razón? La mas estupida, no hay razón. Los cambios en mi comportamiento fueron nulos, todo seguía igual.
11:13 p.m
Bajamos a la sala, la música y el alcohol ya había ambientado a los presentes, tome asiento en un sofá y me dedique a ver a las personas bailando, Mariana prácticamente tenia sexo con ropa, Lesly comenzaba a bailar con Regina –la segunda inquilina de la casa–.
12: 14
Llego el novio de Karen, inmediatamente subieron a uno de los cuartos esquivando los albures de varios de los presentes, quince minutos después bajaron; ella un poco desarreglada y su pareja seguía igual.
12:26
Regina se quejaba de su novio –menor de edad – quien tuvo que ingresar a un centro de rehabilitación y ella ser demandada por secuestro.
Las siguientes horas fueron simplemente lo mismo, no había nada más que ver en aquel festejo. Vivir unas horas dentro de aquel ambiente y las acciones sin sentido, entre aquellos cuerpos sin mente ni órganos que pretendían amarse, ver tantas sonrisas pintadas, captar la falta de conciencia, el experimentar y ser parte de todo aquello debía morir ahí.
Fue suficiente, tenia que regresar a mi mundo natal, llame a un amigo para que fuera y me llevara a mi hogar.
Avise a mis conocidas sobre mi partida, me dijeron que debería quedarme, pero estaba hastiado, al no poder convencerme me acompañaron a la salida, el taxi que maneja mi amigo ya estaba afuera, Lesly me pidió el numero de mi conocido para llamarlo después; cuando iba a dárselo la llamaron.
Me despedí de ella mientras la festejada seguía caminando conmigo hacia la puerta de salida, repentinamente me hizo una pregunta.
–Eres mi amigo ¿verdad, Omar? –dijo abrazada de mi
–Claro que si, china –le respondi frotando su cabeza.
–¿No te enojas porque fume cristal?
–No, yo probe cocaína, estamos igual.
–Yo sabia que tú me comprenderías, eras el último que faltaba de abrazarme por mi cumpleaños de las personas que me importan –decia, apretandome al mismo tiempo.
Me despedi de ella tambien, me pidio un beso de despedida, la abraze nuevamente.
–Me lo cuidas –dijo ella detrás de las rejas de la casa al amigo taxista.
Partimos finalmente hacia mi hogar, las platicas comunes de las experiencias que vivimos Alex y yo surgieron como de costumbre.
Me senti triste por aquella amiga que comienza a ser rodeada y manipulada por ese estilo de vida, me senti alegre por ser yo mismo.
No pensemos en psicología, psicoanálisis, Freud, Fromm y demás conocimientos que puedo adquirir en una escuela, la vida practica y los sentimientos humanos pueden ir mucho mas allá de todo aquello, decirlo es fácil pero yo comprendí esto en veinte años de caídas y levantones al lado de mis padres, el estar creciendo rodeado de toda clase de personas, el tener todo tipo de experiencias como guía. Vivir una situación sin experiencia previa puede ser peligroso; estancarse en ella lo es aun mas, aprender de esto es difícil.
A veces no hay tiempo de pensar, a veces tenemos que actuar sin remordimientos y sin visualizar consecuencias, a veces tenemos que convertirnos en un agresor que golpea y victimiza para defenderse.
A veces no queremos pensar, a veces no queremos sentir ni mirar, a veces una persona es definida por su abrazo; a veces el abrazo puede definir a la persona que lo recibe.
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