Fernanda
Se mecaniza la vehemencia,
en los cristales el espectro se difumina.
Caja de conmiseración, abierta y desecha.
Negada a sellarse, muestra un órgano esparcido.
Su núcleo se sabe intratable, se encaja en huesos de hologramas y sordera,
se canjea en novedad desentendida.
Repudia con tus anillos atisbar lo que en una corteza se esconde,
Elude de tus manos consumir la ceguera más allá del confín.
Se padece el antojo,
se razona la evocación,
se juzga la inviabilidad.
Ósculo en la galerna, esbozado de su abertura,
que viaje hacia esta tez; sea confiado,
que aquí no ambicionamos un arrumaco infundio.
en los cristales el espectro se difumina.
Caja de conmiseración, abierta y desecha.
Negada a sellarse, muestra un órgano esparcido.
Su núcleo se sabe intratable, se encaja en huesos de hologramas y sordera,
se canjea en novedad desentendida.
Repudia con tus anillos atisbar lo que en una corteza se esconde,
Elude de tus manos consumir la ceguera más allá del confín.
Se padece el antojo,
se razona la evocación,
se juzga la inviabilidad.
Ósculo en la galerna, esbozado de su abertura,
que viaje hacia esta tez; sea confiado,
que aquí no ambicionamos un arrumaco infundio.
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